En Dios todo tiene solución.
Las personas con problemas emocionales pueden solucionarlos entregándose al amor de Dios. Jesús libera los corazones y las mentes de quienes están confundidos.
Abre tus manos y escucha. Las heridas abiertas esperando ser sanadas pueden ser cerradas por el amor infinito de Dios. Dile al Señor que sane tus heridas, abre tu corazón a Dios, dile todo lo que te afecta y pídele la paz y la serenidad que necesitas y que solo Él te puede dar para que puedas vivir bonito. Dios nos da lo que necesitamos y nos protege con el amor de su corazón.
Tal vez muchos de nosotros estamos desalentados, tristes e inmóviles, sin embargo, cuando Jesús se nos acerca debemos abrirle nuestro corazón y nuestro espíritu, dejándole tocarnos para que nos levante y anime con su misericordia, y así poder ser servidores de nuestra comunidad.
Que Dios nos bendiga a todos…