Debemos renovar nuestra Fe, esto es, renovar nuestra pasión y nuestra fuerza por el amor a Dios y a quienes nos rodean. En muchas áreas de nuestra vida al principio somos muy apasionados, y con el tiempo la costumbre hace que perdamos esa pasión; debemos reactivar nuestra pasión por la vida y por todo aquello que nos ayude a ser felices.
Es importante hacer un auténtico y vigoroso proceso de Conversión, reflexionando sobre aquello que debemos mejorar y buscando la forma de cambiar las actitudes y comportamientos que nos afectan. Si no cambiamos algunas actitudes no sanas, la vida se encargará de cambiarlas con situaciones difíciles sin contemplaciones.
Es fundamental llevar a la práctica nuestra Fe. La única forma de aprender de verdad es vivir las experiencias y poner por delante la Fe, dejando que Dios actue, ayudándonos a crecer y fortalecernos con nuestra creencia.
Conozcamos nuestra Fe y celebrémosla con alegría, participando en procesos de formación espiritual y compartiendo con gozo nuestros conocimientos y nuestras experiencias.
Cuando tenemos problemas debemos orar y pedir con Fe a Dios que interceda por nosotros. Necesitamos de ti Señor mucho más de lo que podamos imaginar.
La experiencia más importante de quienes tenemos Fe es el amor a Dios, a los demás y a nosotros mismos. No se puede practicar la Fe si no amamos a Dios, y nos amamos primero a nosotros mismos, y luego amamos a los que nos rodean. Cuando amamos a otros sin amarnos primero a nosotros mismos entonces nos convertimos en esclavos y no nos cuidamos adecuadamente, en cambio si primero nos amamos a nosotros mismos y nos cuidamos, entonces podremos amar y ayudar a los demás de mejor forma y por más tiempo.
Que Dios nos bendiga a todos…