Es sorprendente como los seres humanos llegamos a comportarnos cuando nos apegamos a las cosas.
Sabemos de personas que se vuelven adictas a ganar dinero convirtiéndose en esclavos de su éxito financiero.
En contraposición, hemos visto como hay personas que dan todo lo que tienen para ayudar a los demás y viven más felices.
La amistad y el amor por el prójimo es algo que no se mide en términos del dinero
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Ser justos es valorar todo lo que una persona ha aportado en su trayectoria, que ha permitido el apoyo mutuo y no solo evaluar un comportamiento de duda.
Todos merecemos una segunda oportunidad.
Los apegos son muy difíciles de manejar. Al dejar de tener aquello a lo que hemos estado apegados pasamos por una etapa de negación cuando la rabia nos dice que eso no es posible, luego por una etapa de reconocimiento cuando nos damos cuenta que es verdad, y luego por una etapa de duelo cuando nos deprimimos profundamente porque las cosas no serán como antes y no creemos poder soportarlo, y es durante este proceso cuando más necesitamos de un bordón que nos ayude a salir adelante.
El bordón que nos saca de un gran apego que hemos perdido lo podemos encontrar gracias al apoyo de los que nos aman, pero sobre todo gracias a la Fe en Dios en el cual podemos poner todos nuestros problemas y tomar su mano que nos guia en nuestras acciones para salir adelante.
Estamos viviendo momentos muy duros en la humanidad dándonos cuenta que, a pesar de los tremendos avances tecnológicos que ayudan a mejorar o facilitar el progreso, la irracionalidad de nuestros instintos emocionales vencen a lo racional que nos convendría más a todos.
Somos seres instintivos y primarios. Y lo peor de eso es que hay personas y grupos de poder que saben eso y manipulan fria y calculadamente a nuestra sociedad.
Lo que nos está pasando es producto de nuestro egoísmo por pensar primero en lo individual y luego en lo colectivo.
Nunca imaginamos cuán fácil es manipular a las masas. Solo hay que despertarles sus instintos primarios. Cuando esto se hace, hasta se es capaz de matar y destruir en nombre del “amor” porque quien sigue por instintos primarios no sabe distinguir entre lo correcto y lo incorrecto.
El poder absoluto corrompe y saca lo peor de los instintos primarios de los que lo acaparan, para la propia autodestrucción de sus seguidores.
La forma de vencer esto es teniendo una base firme en los valores humanos y espirituales. Con acciones de solidaridad, caridad, misericordia, educación, apoyo mutuo, entrega y sobre todo con verdadero amor por los demás y por nosotros mismos.
Señor, te damos gracias por el privilegio de vivir y te pedimos que nos permitas mantener nuestra libertad alejándonos de quienes quieran manipularnos y de los apegos irracionales. Ayúdanos a amar más al prójimo y a nosotros mismos para no hacer daño a nadie y apoyar a quienes lo necesitan.
Que Dios nos bendiga a todos…