Somos humanos, y cometemos errores.
Antes de decirle algo a alguien, es importante pasarlo por un filtro para saber si vale la pena comunicarlo, siempre que sea verdadero, necesario y bueno.
Muchas veces asumimos que los demás nos aceptan y nos apoyan tal y como somos, sin embargo, cada quien vive sus propias luchas y es fiel a sí mismo, con lo cual la aceptación y el apoyo solo se producen si hay puntos de interés, o si es obligatorio bajo las circunstancias.
Solo quien ama de verdad está dispuesto a aceptar sin buscar la perfección, siendo feliz al hacer felices a otros.
La vida es un regalo que debemos vivir entregándonos con amor, sin estar en constante búsqueda de aprobación, ni revisando lo que nos gusta o nos disgusta de los demás, sino aportando todo lo que esté a nuestro alcance en forma armónica.
¿Quiénes somos para juzgar a los demás?. ¿Quiénes son los demás para juzgarnos a nosotros?.
La perfección no existe y quien constantemente la persigue a costa de lo que sea, vivirá grandes frustraciones hasta que comprenda que los seres humanos tenemos aciertos y fallas.
Hay que tratar a las personas como quieran ser tratadas. Lo difícil es saber bien cómo quieren esto. Lo normal es que uno trate a los demás como quisiéramos que nos trataran, sin embargo, no somos iguales por lo que cada quien se comporta como ha aprendido a hacerlo de acuerdo a su propia realidad, sus circunstancias y los paradigmas en los que basa su conducta.
Yo no soy igual a ti y tú no eres igual a mi. Yo no soy más que tú y tú no eres más que yo. Simplemente somos diferentes.
Las relaciones interpersonales son buenas cuando, en lugar de exigir comportamientos, nos comprendemos y cedemos mutuamente para el beneficio y la armonía de la comunicación y la convivencia.
Las relaciones ganar-ganar en realidad deben llamarse ceder-ceder.
Cuando convivimos, trabajamos juntos, nos relacionamos o negociamos, nuestras expectativas iniciales son que todos se comporten como nosotros queremos, sin embargo, como todos somos diferentes y tenemos libre albedrío, debemos adaptar nuestras expectativas mutuamente a un.punto donde la relación funcione sin exigencias exageradas para que la otra persona se adecue a lo que aspiramos, sino más bien que exista un esfuerzo mutuo en llegar a un nivel que mantenga una buena relación basada en el entendimiento mutuo, lo cual se resume en ceder ambas partes nuestras expectativas iniciales hasta lograr los mejores puntos de coincidencia para el beneficio mutuo y la sinergia.
La inmadurez, los complejos, las etiquetas psicológicas, el egoísmo, la terquedad, el exceso de imposición, y otras conductas de este tipo, son grandes obstáculos para las buenas relaciones.
Nadie es perfecto. Lo importante es que cada uno de nosotros se esfuerce para mantener relaciones interpersonales armónicas que nos permitan el apoyo y la comprensión mutua.
Si alguien no quiere relacionarse contigo, no hay porque forzarlo. Nada debe ser obligatorio.
Si a alguien no le gusta cómo eres, si le interesa mantener una relación interpersonal contigo, debe trabajar para lograr aceptarte comunicando lo necesario para lograr la armonía, comenzando por aceptar que también tendrá cosas que cambiar de su parte. Lo mismo sucede si estamos en el caso contrario.
Seamos mejores personas. Tengamos relaciones interpersonales basadas en el ceder-ceder para lograr el ganar-ganar.
Que Dios nos.bendiga a todos…