No estamos solos. Dios está siempre con nosotros y así nosotros debemos estar con los demás.
Muchas veces sentimos soledad, especialmente cuando enfrentamos los desafíos de la vida, y es ahí que debemos recordar que no estamos solos.
En todo lo que hagamos en la vida tenemos la oportunidad de servir con amor a los demás, de esta forma siempre estaremos acompañados.
Servir con amor logra que vivamos alegres y disfrutemos la felicidad de ver como nuestro apoyo ayuda a los otros.
A veces nos confundimos con ciertas circunstancias en la vida que retan nuestra comprensión, sin embargo, cuando vivimos en clave de Fe, recuperamos la certeza de que con nuestras acciones sabremos seguir el camino correcto.
El éxito en la vida es lograr equilibrar nuestra dedicación a los aspectos fundamentales como la familia, el trabajo, la salud, el intelecto, la generación de ingresos, la profesión, el entretenimiento, y otros, dentro de lo que no puede faltar, cultivar nuestra espiritualidad.
Quien desarrolla y cultiva su espiritualidad moldea su vida de acuerdo a principios basados en el amor, la Fe, la responsabilidad, la confianza, la justicia, el servicio, la generosidad, la caridad, la misericordia, la enseñanza, la guía, la colaboración, la trasparencia, la verdad, el liderazgo basado en el ejemplo, la alegria, la amabilidad, y en general las buenas conductas para vivir correctamente.
Nadie en nombre de la espiritualidad le hace daño a los demás, ni abusa de los más vulnerables o los más generosos, ni aprovecha su posición económica o de la institución a la que pertenece para corromperse o corromper a otros. Los que hacen esto actuan desde sus ansias de poder y desde el egoismo donde sólo importa lo personal, sin tomar en cuenta a todos los que se les hace daño.
Señor, hoy te damos gracias por el privilegio de vivir y te pedimos que no permitas que nos sintamos solos, sino que gracias a nuestra espiritualidad, disfrutemos de la compañía de aquellos a los que sirvamos con amor, y que tu infinito poder convierta al bien a quienes con sus actitudes, palabras y acciones le hacen daño a los demás, haciendo que entreguen lo que no les pertenece y que dejen actuar a quienes realmente quieran ayudar a los demás.
Que Dios nos bendiga a todos…