Hay días en que solo con la unión de todos podremos vencer las amenazas de quienes tratan de separarnos y sembrar los malos ejemplos.
En situaciones críticas es cuando más se revelan nuestras virtudes y defectos.
En la unidad esta la fuerza. Todos somos uno. Cada granito de arena es valioso.
Los humanos somos responsables de muchas destrucciones, pero también somos los que hemos logrado con nuestro tezón, los cambios que han reconstruido las sociedades.
El egoismo y las ideologías impuestas por quienes manipulan la irracionaldad humana, corroe las sociedades hasta volverlas sumisas y dependientes, eliminando la creatividad, la innovación, el desarrollo, la educación y todo lo que se logra gracias a la unión y la libertad de pensamiento y acción.
A veces pensamos que lo que podamos hacer a nivel individual es insignificante, sin embargo, es precisamente la unión de todos los pequeños lo que derrumba al muro más grande.
Todos tenemos un compromiso, lograr el cambio a una nueva sociedad en la cual sólo con el trabajo, la educación, el buen ejemplo, el respeto mutuo, el apoyo de unos con los otros, la honestidad, la guia de quienes tienen más formación y/o más experiencia, todos logremos una mejor calidad de vida y una comunidad solidaria y de empuje hacia el progreso mutuo.
Quien cree tener toda la verdad y busca imponer la misma con la generación de violencia, comenzando con discursos agresivos y abusando de los más débiles, manipulando a los más vulnerables, y pisoteando a los que se atreven a disernir, no puede ser un ejemplo a seguir por nadie que se considere una buena persona.
Es fundamental lograr un cambio en nuestra mentalidad. Pasar del egoísmo individualista al progreso basado en el esfuerzo de todos por la reconstrucción. Sin inconsitencias, es decir, sin esperar que nos regalen las cosas, sino trabajar para generar empleos dignos, donde no se tenga que militar en un partido político para tener privilegios, sino que se escale por nuestra capacidad de aprender y producir, liderando con el ejemplo y no con sinvergüenzura.
Si nos unimos para el cambio, también lo debemos hacer para la reconstrucción, con total integridad, con total respeto, cumpliendo las leyes, sin corrupción en las instituciones públicas, empresas privadas, ni a nivel personal. Desde respetar las señales de tránsito hasta no abusar de nuestros vecinos o compañeros de trabajo.
Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando, la virtud y el honor. Somos hermanos de la espuma, de las garzas, de las rosas y del sol. Llevo tu luz y tu aroma en mi piel y el cuatro en el corazón.
Señor, hoy nuevamente te damos gracias por el privilegio de vivir y te pedimos que nos ayudes a contribuir a que nuestra sociedad cambie para ser más justa, más responsable, centrada en el esfuerzo mutuo y en el amor, haciendo que los que defienden lo contrario den paso a los que buscan la integración.
Que Dios nos bendiga a todos…