Estamos en el año de la Misericordia, es decir, es necesario recalcar lo que significa ser misericordiosos, y llevarlo a la práctica.
Recuerdo que mi abuela María era una mujer extraordinaria. Cada vez que llegaba un mendigo a tocar la puerta de su casa. Le hacía pasar, le preparaba un baño, le daba de comer, le daba ropa y luego lo dejaba ir. Eso es misericordia.
Mis padres, César y Cora, decidieron dedicarse al voluntariado y servir a la comunidad fundando la Cruz Roja en su ciudad, desde obtener un terreno en comodato hasta lograr la construcción de un ambulatorio que hoy en día atiende a miles de usuarios, con múltiples servicios de salud, formación profesional, y hasta un grupo de voluntarios de socorro que durante muchos años ha permitido capacitar a gran cantidad de jóvenes, es decir, una gran y hermosa institución autosustentable al servicio de todos. A su vez, la casa de mis padres ha servido de hospedaje gratuito para una innumerable cantidad de personas que han requerido atención en su salud. Eso es misericordia.
El ejemplo de mi abuela y de mis padres, se repite en mucha gente que, más allá de lo poco o lo mucho que tienen, están dispuestos a colaborar en forma voluntaria para ayudar a los más vulnerables. Eso es misericordia.
Cuando alguien le hace daño a otra persona, y sin embargo, esa persona tiene la capacidad de perdonarle, eso es misericordia.
Cuando alguien crea una empresa y genera empleo para cada vez más personas, distribuyendo los ingresos para el beneficio de todos, incluyendo la comunidad (a través del pago de los impuestos), los proveedores, los colaboradores, y la generación de más oportunidades para todos, liderando con el ejemplo y enseñando el valor del trabajo, eso es una forma de hacer Misericordia.
Cuando alguien ve a las personas que han sido desplazadas por la violencia o por los desastres naturales o los desastres humanos, y decide ayudarles suministrándoles en forma voluntaria, comida, agua, cobija, techo, vestido, comprensión, educación, oportunidades de empleo, entre otras cosas posibles, eso es Misericordia.
Cuando alguien con conocimiento y experiencia, ayuda en la formación educativa de otros para que puedan ser cada vez más competentes y hábiles, eso es Misericordia.
En la biblia, hay múltiples ejemplos de actos de misericordia, y por eso es bonito leerla, porque nos hace reflexionar al respecto.
Cada uno de nosotros nació para una misión diferente y por ende, cada uno ayuda con lo que sabe, con lo que tiene y/o con lo que puede.
Si en nuestra sociedad todos aplicaramos la misericordia en forma voluntaria, el mundo sería diferente y mucho mejor.
Señor, gracias por la oportunidad de vivir cada día, gracias por permitirnos entender que la misericordia nos ayuda a tener una mejor sociedad. Te pedimos para que todos podamos practicarla en forma voluntaria.
Que Dios nos bendiga a todos…