La palabra de Dios nos alimenta y nos llena de alegría.
La Fe siempre representa la posibilidad de la unidad.
La Fe es entendida e interpretada de acuerdo a las creencias de cada quien.
El espíritu de Dios está donde sea llamado para consolar, guiar, dar alegría y felicidad, tocando nuestra mente y nuestro corazón con su amor.
Un ejemplo del amor puro y sincero es el amor de la madre hacia su hijo.
El amor de una madre es un amor poderoso, que supera cualquier desafío que se le imponga. Las madres acompañan a sus hijos desde su nacimiento hasta su fin.
Quien cree en Jesucristo, cree en la importancia de la figura de su madre como intercesora para llegar a él.
Orar a Dios dando nuestro agradecimiento y pidiendo por nuestras necesidades, apoyándonos en la madre de Jesús, es una forma de interpretar y sostenerse en su amor puro e infinito.
Dios nos da Paz Interior, quitando de nuestra mente los pensamientos, las actitudes y las conductas negativas.
Quien cree en Dios obra con Fe y es consecuente con sus acciones.
En estos momentos tan difíciles, donde las circunstancias que vivimos son tan duras, es cuando necesitamos tener más espiritualidad, apoyándonos unos a otros, gracias a la Fe y al Amor.
Dios es el bordón del cual te puedes apoyar para sostenerte y avanzar en el camino de dificultades que vamos superando día a día.
Señor, gracias por cada nuevo día que podemos vivir, gracias por la salud, el amor, la Fe, la familia, el trabajo, los estudios, y todo aquello que nos ayuda a sostenernos. Hoy te pedimos que nos des las herramientas y la sabiduría para salir adelante.
Que Dios nos bendiga a todos…