Para cumplir nuestros propósitos de cambio de vida, buscando mejorar, es importante tener la actitud correcta.
Una de las claves para esto es el encuentro. Esto es mantenernos cercanos a quienes nos rodean. Hoy en día tenemos muchas herramientas tecnológicas que unen a los que están lejos y desunen a los que están cerca.
Los encuentros personales con las personas que nos rodean son privilegios que hay que aprovechar logrando integrarnos cada vez más con la familia, los amigos y la comunidad.
De la misma forma, hay que reflexionar acerca de nuestro encuentro con Dios y si estamos fascinados por ese privilegio.
Si nos es difícil encontrarnos con los que nos rodean, será más dificil encontrarnos con Dios. Y también sucede lo contrario.
Cuando estamos decididos a cambiar para mejorarnos a nosotros mismos, es importante que rompamos con aquello que nos ata y nos impide el encuentro que buscamos.
Para encontrar lo que nos ata, debemos revisar qué es lo que nos satisface y qué es lo que nos hace infelices y buscar romper con todo lo que no nos deje avanzar.
Liberar nuestras cadenas y apegos indeseados nos permite tener la ilusión de algo nuevo y trabajar para conseguirlo.
Es fundamental tener valentía para superar las costumbres y perseguir nuestros sueños o nuestras metas de cambio.
Existen cosas que aun siendo buenas no nos dejan avanzar en nuestros logros, objetivos y metas, y muchas veces son precisamente las que debemos dejar y cortar para poder avanzar.
Para conseguir la plenitud en nuestra existencia debemos tener la fuerza y la valentía que nos permita avanzar sin cargas innecesarias.
En este proceso de cambio, Dios puede ser nuestro bordón para apoyarnos en el camino a seguir y así no desfallecer.
Si queremos ser libres tenemos que tener la fuerza de voluntad para trabajar por nuestro propio cambio, porque nuestros logros dependen principalmente de nuestro propio compromiso.
Sin compromiso de cambio y sin llevar a la acción nuestros pensamientos no hay resultados nuevos.
Si no tenemos claro qué es lo que realmente queremos en nuestra vida entonces no lo podremos encontrar. Para buscar hay que saber qué es lo que queremos.
Reflexionemos sobre el sentido de lo que hacemos, definamos qué queremos, fijemos nuestras metas con ilusión, trabajemos para conseguirlo con fuerza y valentía y lograremos llegar al cambio deseado.
Hay que actuar a partir de una razón, y planear nuestra actuación para lograr triunfar en esa razón.
Señor, hoy te damos gracias por lo que hemos logrado hasta ahora y te pedimos que nos ayudes a tener claro lo que queremos en nuestra vida y nos des las herramientas, la fuerza y la valentía para llevar a la acción esto y así poder alcanzar nuestras metas.
Que Dios nos bendiga a todos…