Debemos seguir el camino correcto usando nuestros talentos, estando atentos y muy despiertos.
A veces, nuestra terquedad hace que nos desviemos del camino correcto. Sabemos cuál es el camino que debemos seguir, sin embargo, insistimos en hacer las cosas como no son y seguir el camino que no es. Luego, nos enfrentamos a problemas e inconvenientes que no hayamos como resolver.
Cuando seguimos el camino correcto somos más felices y encontramos alegría. Aunque se nos presenten los problemas seremos capaces de salir adelante ya que tendremos fe y esperanza y recibiremos la ayuda que necesitamos. Cuando conocemos el camino correcto sabemos que no hay nada mejor, ni más grande, ni más satisfactorio que seguir andando por el mismo. Cuando abrimos nuestro corazón buscando con ganas y con ansias ese camino, recibimos el espíritu que nos guía.
Cuando reflexionemos el por qué nos pasan las cosas, entonces sabremos que es porque seguimos por el camino que no era, y debemos retomar el camino correcto.
Muchas veces somos muy buenos para decir porque no servimos para algo, para sacar excusas y no hacer las cosas ni enfrentar lo necesario para poder emprender el camino correcto, reconociendo que los demás si pueden pero nosotros no, sin embargo, todos tenemos grandes dones guardados que no hemos sacado a relucir.
Se nos han dado talentos, capacidades, cualidades y habilidades que representan dones.
En la medida en la que avanza nuestra vida y adquirimos experiencia obtenemos más sabiduría. Nuestros mayores están llenos de sabiduría y debemos aprender a escucharlos. A su vez, toda persona, independientemente de su edad, esta enriquecida con talentos, cualidades y habilidades (sus dones, desde la comunicación hasta el conocimiento) que pueden ser destacados y aprovechados de la mejor forma, y que le pueden ayudar a seguir, y superar el camino correcto. Debemos tener confianza en nosotros mismos y en los demás.
No debemos tener temores ni angustias, nuestra fe (estando siempre atentos y muy despiertos), junto con nuestro esfuerzo y la puesta en práctica de nuestros talentos, cualidades y habilidades, nos ayudarán a prepararnos para recibir y hacer las tareas a realizar, con la autoridad y el poder que se nos da para lograrlas. Cuando debamos responder por ellas estaremos preparados y alegres en demostrarlo.
Que Dios nos bendiga a todos.