Una madre entrega todo por su hijo. El amor de madre es el amor más puro que existe.
Las madres tienden a ser más espirituales y a tener más Fe porque viven, desde la experiencia milagrosa de la generación de la vida, hasta todo el proceso de crecimiento de sus hijos superando las incertidumbres y los retos de sacar adelante a la familia.
Una madre conoce a profundidad la personalidad de su hijo, con sus virtudes y sus defectos, y entiende el porqué de las diferencias de cada uno de sus hijos.
La madre es la primera que enseña a amar, comenzando con su propio ejemplo, que es capaz de dar la vida por su hijo.
No hay mayor regalo para una madre que ver la sonrisa de su hijo.
El amor de las madres es amplio, pleno, desinteresado, maravilloso e interminable.
Las madres dan todo por sus hijos a pesar de su desgaste sin creer que eso es un sacrificio sino que es una expresión de su amor infinito.
No importa la edad que tengamos, las caricias y el cariño de nuestra madre nos harán sentir siempre como si aún fuéramos bebés.
Competir con el amor de una madre es imposible, aunque algunos puedan confundirse al respecto creyendo que pueden haber amores mayores.
La madre ora por su hijo y pide a Dios que lo cuide y lo proteja cada día, desde que sabe que lo va a concebir hasta que le entrega su propia alma, sin importar adonde esté su hijo.
Una madre enseña, educa, acompaña, entiende, entrega, ayuda, guía, corrige, perdona, protege, cuida, defiende, ama profundamente hasta la eternidad a su hijo por encima de cualquier cosa.
De los tres estados del yo para las relaciones humanas (yo padre, yo hijo y yo adulto) el estado más evolucionado es el yo madre.
Una madre ama tanto a su hijo, que cada cosa que le pasa al hijo ella lo siente con el doble de su dicha o de su dolor.
Cuando un hijo se hace adulto y toma sus propias decisiones, siempre puede contar con su madre para lo que necesite.
El amor de una novia o novio, o una esposa o esposo, jamás compite ni se compara con el amor de una madre, simplemente coexisten y lo más bonito es cuando la pareja del hijo se acepta y convierte en una nueva hija o hijo.
Amemos a nuestras madres, entendamos porque son como son, seamos fieles a su entrega y constantes en su apoyo. No nos fijemos en los posibles errores que como seres humanos ellas hayan hecho, sino en su infinito amor. Cuidemos a nuestras madres.
Mamá, aunque a veces no me comunique con la frecuencia que debería y tenga excusas para hacerlo, aunque las circunstancias de la vida me haga vivir lejos, te agradezco todo tu amor, te amo profundamente y todos los días pido a Dios que te proteja con su manto sagrado, te de salud y te haga feliz como tú has hecho con nosotros y muchos otros.
Señor, hoy elevo mi corazón hacia ti y en especial hacia María madre de Jesús, símbolo del amor y entrega infinita, para dar gracias por todas las madres del mundo, en especial por mi madre, mi esposa, mi suegra, mis hermanas y todas las madres que me rodean, y les pido que las protejan y las cubran con el espíritu santo llenándolas de muchas alegrías y amor correspondido.
Que Dios nos bendiga a todos…