Desde cuatro semanas antes de la Navidad, es la época de Adviento.
Estos días de Adviento son ideales para que revisemos nuestros Propósitos de Vida.
En nuestra reflexión es importante dar gracias por lo que hemos logrado hasta ahora y pensar cuáles son los aspectos de nuestra personalidad que debemos mejorar y así incluírlos en nuestros propósitos.
Definir nuestros propósitos no es solo hacerlo en el ámbito profesional o laboral, sino más bien en el ámbito de nuestra conducta ante las circunstancias de la vida.
Todos los seres humanos nos equivocamos, lo importante es reconocer cuando hemos cometido un error y corrijamos nuestro camino.
El idealismo provoca ceguera. Quien quiera que las cosas mejoren debe soñar con un mundo mejor y al mismo tiempo llevar a la acción un plan para conseguirlo, sin esperar a que le caiga del cielo o se lo den “porque se lo merece”.
Las frases “me lo merezco” o “no me lo merezco” deben ser eliminadas por completo de nuestro cerebro. Esto es porque, más allá de nuestro pasado, lo importante es qué haremos nosotros para construir nuestro futuro, sin dejar nuestro pensamiento pegado en comparaciones de patrones del pasado con lo que sólo conseguiremos una depresión cuando pensemos que, lo que tenemos no es lo que “nos merecemos”.
No hay que vivir insatisfechos, sino agradecidos por lo que hemos logrado y motivados con entusiasmo por lo que, gracias a nuestras acciones y Fe, lograremos desde ahora.
Construir un Propósito requiere de varios ingredientes. Lo primero es pensar en qué es lo que nos apasiona y nos encanta hacer, en segundo lugar en cuáles son nuestras competencias y habilidades adquiridas hasta ahora que nos fortalecen para hacer las cosas bien, luego en qué es lo que se necesita para lo que podemos aportar algo a la sociedad, y finalmente, en cómo y dónde podemos aplicar todo esto para lograr los ingresos que necesitamos.
Definir tu Propósito es entonces reflexionar acerca de tu Pasión, tu Profesión, tu Misión y tu Vocación.
Aprovecha la época de Adviento para no quejarte por lo que no has logrado, sino más bien para reflexionar sobre el plan por el cual vas a lograr tu propósito y llevar este plan a la acción cuanto antes. Con Perseverancia y Fe.
En el proceso de construir tu Propósito en una realidad, serás muy feliz porque sabrás por qué existes y para qué te levantas cada mañana.
Combina tus Sueños con tu Propósito.
Recuerda además que no estás solo(a) en este proceso porque formas parte de un Equipo que trabaja en conjunto por fines comunes.
La felicidad es una decisión basada en saber vivir aceptando que, aunque siempre existirán circunstancias difíciles, podrás superarlas con las herramientas que crean tu Propósito, incluyendo tu Pasión, tu Profesión, tu Misión, tu Vocación, pero por sobre todas las cosas, tu Fe.
La Fe supera cualquier razonamiento lógico y mueve tus emociones y acciones con Paz.
La Paz mental que tengamos es lo que apalanca nuestras acciones, por eso lo que primero debes tener es tu Paz interior. La buena noticia es que, si vives en clave de Fe, ya tienes el camino despejado para comenzar a andar en el logro de tu Propósito.
Señor, hoy te damos gracias por todo lo que hemos logrado hasta ahora y te pedimos que nos ayudes a aumentar nuestra Fe para tener la Paz interior que nos permitirá vivir felices en el trayecto en el que estamos para cumplir nuestro propósito único y personal.
Que Dios nos bendiga a todos…