Cuando los que creemos en Dios nos reunimos en comunidad, le ofrecemos a Dios nuestro espíritu, comenzando por dar las gracias por todo lo que somos, hacemos y tenemos, así como para pedirle perdón por nuestros errores y encomendarnos a Dios para que nos guie por el camino correcto.
En los rituales de la iglesia se ofrece en comunidad un sacrificio simbólico a Dios, representado por el pan y el vino, mostrándole nuestro compromiso por seguir su doctrina y obrar bien.
El Señor es grande con nosotros y estamos alegres.
Compartir en comunidad nuestros valores espirituales es importante para la concordia y la reconciliación.
Al reunirnos podemos orar en conjunto logrando la sinergía espiritual y reflexionando en la lectura de las escrituras que nos enseñan la doctrina cristiana.
Quienes creemos en Dios amamos, obramos bien, lideramos con el ejemplo, apoyamos a los más vulnerables, educamos, enseñamos lo que aprendemos, compartimos y basamos nuestras vidas en principios fundamentales para nuestro bien y el de los demás.
¿De qué sirven los bienes materiales si no los compartimos para el bien de todos?.
Señor hoy elevamos nuestra oración hacia ti para darte gracias por la Fe y la sabiduría, y te pedimos que nos orientes en el camino para aplicar nuestra espiritualidad en comunidad.
Que Dios nos bendiga a todos…