La desconfianza es una sensación muy desagradable que se basa en nuestras experiencias previas y en las situaciones de nuestro entorno.
Quienes obramos con buena Fe siempre confiamos en todos, sin embargo, cada vez hay más factores que nos generan desconfianza.
La confianza debe ser ganada en base a nuestros comportamientos, comenzando por ser responsables con nuestros compromisos.
La confianza se gana con las acciones no solo con las palabras.
Una vez que alguien que nos ha dado toda su confianza siente que le hemos defraudado, recuperar esa confianza costará diez veces más de lo que nos costó obtenerla originalmente.
La confianza no debe conducir hacia el abuso sino más bien hacia el servicio constructivo.
Lo que nos cuesta muchos años construir puede desboronarse en segundos cuando una conducta incorrecta acaba con la confianza.
En una situación de desconfianza es importante ser cautelosos para lograr conocer la verdad sin prejuzgar a los demás hasta asegurarnos de la realidad. Es entonces cuando debe haber una comunicación directa y sincera que aclare las cosas.
La Fe es una confianza plena en Dios que pasa por muchos desafíos difíciles de vencer.
Las dificultades que enfrentamos diariamente nos podrían generar una gran desconfianza, sin embargo, quien tiene Fe y obra correctamente mantiene una actitud que le ayuda a superar todos los obstáculos.
La felicidad es la capacidad de salir adelante con Fe por encima de las dificultades que se presentan.
La clave para ser felices es aceptar quienes somos y mantener una actitud de confianza y Fe en que podemos superar todas las dificultades, independientemente de las circunstancias que nos rodean.
Señor, hoy te doy gracias por las herramientas y los conocimientos que me has dado el privilegio de tener, y te pido que me des la sabiduría para ponerlos en práctica, de tal forma que pueda superar, con mi Fe y mis acciones, las dificultades que se me presentan, recuperando y manteniendo una actitud que me permita vivir feliz.
Que Dios nos bendiga a todos…